jueves, 18 de junio de 2009

Los niños sonríen



La plataforma 57, en la terminal de colectivos de la ciudad de Mendoza, se llena de gente a eso de las 18:35. Todos vuelven.
Una larga fila espera desde hace 2o minutos en silencio en medio de esa lluvia grave que es el omnipresente ruido. Pablito y sus papás están primeros en la fila. Pablito y el hermano lloran a gritos, tan persistentes como la gota que orada la roca pero ellos, los oídos. La gente se contiene.
Derrepente los dos callan al mismo tiempo y en el silencio queda vibrando el llanto. Los dos:
-¡Mirá papá!- señalan los hermanitos, y toda la fila voltea para ver presos del asombro infantil- ¡Un avión papá, un avión!
Los 20 en hilera voltean nuevamente hacia la nuca del que sigue, se sienten embaucados: "Nada nuevo, el colectivo que se retrasa, la gente que te choca, los pendejos que lloran y daría cualquier cosa por estar en casa mirando la televisión".
Los niños sonríen.

3 comentarios:

Monserrat dijo...

La ingenua belleza de ser niño... Nunca me permitiré asesinar mi larva interior :P, jeje, no quiero perder la visión clara y sencilla de las cosas y la emoción profunda y evidente, casi a flor de piel, que tienen los niños y que todos tuvimos en algún momento. Hasta el día de hoy me sorprendo mirando el cielo y pensando en la forma de las nubes... Me dijeron que debería avergonzarme, pero por qué? Los pequeños placeres inocentes (como pisar las hojas secas mientras caminás, o comprarte un algodón de azúcar, o jugar con los dedos de tus manos) son los que realmente iluminan los días grises y monótonos de la rutina...


Muy lindo, Seba. Siempre un placer leer tus escritos! Seguí así... Ah, y todavía me debés una actualización sobre el estado de las cosas en tu vida... Pero no se te ve mal, eh. Estudiante de letras... vas a cumplir mi deseo frustrado!

Cuando esté en Mendoza nos juntamos a charlar en algún momento ^^

Monse.-

Simonne dijo...

Aún así persiste la sonrisa.
Nuevo blog que encuentro no sé cómo llegó a mi correo la existencia de éste, creo que el destino juega a favor de todos nosotros que nos dejamos construir.
Éxitos...
voy a seguir tu blog, tu propósito me recuerda mucho a una pertenencia lejana mía que siempre está presente acá.

Agus!

Sebastián Goiburo dijo...

Agus! gracias por la onda! Me alegra que seas la primera en seguir el blog jaja (¿vanidad de escritor?, no lo se igual me alegra)
Espero andes bien y te gusten las publicaciones! Un Abrazo!