A vos: Anabella, a lo que sobrevive
de vos debajo de tu nombre.
de vos debajo de tu nombre.
¿Has escuchado hablar al mundo?
¿A sus cosas?
¿Acaso el silencio afuera no asusta?
¿El ruido o la calma o el rumor de las hojas?
Estamos hechos de esa ausencia
insignificantes.
Mendigando vientres ahorrando soledades
‘amor’ ‘compañía’ ‘nosotros’ ‘hambre’ decimos
con palabraspobres palabras.
¿Cómo te digo, mujer de todos los nombres,
que esta noche el mundo,
mi cuerpo y hasta mis cuerdas vocales
me han orillado?
Tan cerca estás aunque al margen.
Nostalgiado de la palabra primitiva,
una palabra frutal,
me angustia esta distancia.
El ritmo de tu cuerpo maneje el verso
que agobiado escribo:
el latido del mundo (su música)
nazca en tu pecho.